El lenguaje como medio de comunicación con un@ mism@ y con l@s demás, como generador de la personalidad, como facilitador de la formación de pensamiento, como medio de expresión y también como parte de un proceso de escucha activo. Que cada niñ@ sea escuchad@ cada día, por una persona adulta con la que le une un vínculo emocional, facilita su adquisición del lenguaje, le da confianza en sí mism@, alimenta su autoestima, favorece en su momento la aparición del razonamiento lógico…
El movimiento es necesario para el desarrollo psíquico. La carencia de actividad física influye en el desarrollo intelectual, emocional y social. Gracias al movimiento, en la interacción directa del cuerpo con el medio se construyen: la voluntad, la conciencia, la inteligencia y la independencia (que a su vez creará seguridad y confianza). Somos movimiento.
Posibilitando una relación de admiración y agradecimiento: la naturaleza como fuente inagotable de recursos a los ojos de un niñ@, como contextualización de nuestro lugar en el universo (¿quién no se ha sentido parte de algo grandioso durmiendo una noche bajo las estrellas?), la naturaleza como fuente de gozo y plenitud, como maestra, como espacio de libertad…
Acogemos la dignidad y las emociones de cada persona con profundo respeto y como parte integral del ser humano.
Facilitamos a l@s niñ@s herramientas para la resolución de los conflictos cotidianos. Trabajamos para la paz cuando, desde la cotidianidad, ponemos conciencia en cómo tratamos a las personas que tenemos cerca.
También construimos la paz trabajando con cada niño y cada niña las destrezas que les permitirán buscar y encontrar su propio bienestar y felicidad, su sitio en el mundo. La práctica diaria de tomar decisiones basadas en sus necesidades desemboca en la conexión con un@ mism@. Desde ahí su conexión con los demás y con el resto de la naturaleza será nueva.
Desde nuestro proyecto queremos, además, compartir el trabajo de desarrollo humano también con las familias, pues la familia constituye el principal sostén emocional para la infancia.
Salud entendida con una mirada amplia. La manera de nutrirnos determina no sólo nuestra salud, sino también la salud del planeta en que vivimos. Compartimos con naturalidad una cultura de alimentación y consumo sana y consciente y propiciamos la integración de hábitos saludables como parte de la autoconstrucción de la persona.