Elegimos que Sendas sea una escuela rural sin ánimo de lucro situada en la Sierra de Aracena para vivir y ser cerca de la naturaleza. Escogemos la filosofía y la metodología fundada por Maria Montessori donde propiciamos ambientes serenos, seguros, respetuosos y conscientes.
Ofrecemos un espacio preparado y un sistema de relaciones en el que niños y niñas pueden desarrollar sus potencialidades y dones a nivel cognitivo, motriz, relacional y espiritual facilitando la conexión consigo mismos y con el entorno natural y humano.
En Sendas acompañamos a niños y niñas para fortalecer su autoestima, educamos para la convivencia y proporcionamos espacios a toda la comunidad para seguir creciendo.
Sabiendo que la infancia es futuro, nuestra visión es una comunidad educativa sostenible, que contribuye a la formación de seres humanos íntegros, felices, curiosos, capaces de convivir, de construir y contribuir a la sociedad. Personas que habiendo crecido en conexión consigo mismas y su entorno serán capaces de adaptarse a realidades cambiantes e integrarse en el mundo con armonía, respeto y responsabilidad. Hombres y mujeres satisfechos que honran la vida.
Es movimiento como un niño; es expansión, libertad, serenidad, adaptación, belleza, alegría, música, naturaleza, frescura, juego, conexión, armonía, vuelo; cada uno buscando sendas a su medida…
En Sendas el movimiento y la naturaleza son esencia.
Gracias al movimiento, en la interacción del cuerpo con el medio, los seres humanos construimos la voluntad, la conciencia, la inteligencia y la independencia, que a su vez harán florecer seguridad y confianza. Somos movimiento.
Con la naturaleza tenemos una relación de admiración y agradecimiento.
“Un pájaro posado en una rama nunca tiene miedo de que la rama se rompa. Su confianza no está en la rama sino en sus propias alas”.
Un aula Montessori crea un espacio armónico y de paz en el que cada material es una oportunidad de acción que llega a tiempo.
La clave de cualquiera de ellos no está en sí mismo, sino en las manos que lo MANIpulan y en la autoconstrucción del ser que lo piensa. Es el uso de nuestras manos lo que nos hizo humanos y aquí, a través de materiales naturales, rompibles (sí) y bellos, las manos toman el papel protagonista.
Los materiales son currículo, son experiencias. Siempre accesibles, ordenados y a medida del tamaño infantil. Son la máxima expresión del dicho “a hacer se aprende haciendo”, y disfrutando.
En Sendas huele a pan recién hecho amasado por las manos de nuestros niños y niñas con masa madre que cuidan con mimo, harinas integrales y aceites ecológicos. Es la base de nuestro tentempié matutino que se completa con fruta fresca y frutos secos.
Huele a gesto sano y consciente de relación con la comida y el entorno.
Huele a vivencia de procesos completos. Huele a cuidado y amor por la tierra.
Nuestro pan huele a salud, respeto a los ritmos y a la naturaleza.
Huele a perseverancia, gozo, belleza, cultura, paciencia, cooperación, historia, autonomía, contribución, satisfacción, consciencia, pertenencia…